miércoles, 21 de marzo de 2012

Del decreto de extincion de LyFC a la necesidad de la organización

Por Ingrid Elisheva Camarena Matehuala
A un año de la extinción de la compañía de Luz y Fuerza del Centro y del golpe contra el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), el ataque sistemático del gobierno ilegítimo de Calderón contra la clase obrera continua y se profundiza con los golpes posteriores contra los mineros y los pilotos; haciendo patente así los intereses económicos y políticos detrás de estas acciones contra las y los trabajadores. Pese a la apuesta del gobierno de provocar al SME para justificar la represión; los más de 16 mil trabajadores que se mantienen en resistencia han evitado caer en las provocaciones gubernamentales.

Tras este golpe histórico, se abrió un importante proceso en cuanto a la organización y respuesta que como clase podemos dar. A pesar de que el SME ha podido generar simpatía y solidaridad de importantes organizaciones de la clase trabajadora y los más diversos sectores como se vio en el Paro Cívico Nacional de noviembre de 2009, la respuesta para detener la ofensiva no ha sido suficiente ni contundente. De manera real la solidaridad con el SME durante todo este año se ha visto disminuida por parte de los otros sindicatos, quienes pueden jugar un papel determinante para frenar la embestida contra los trabajadores.
A pesar de que el SME ha sido claro al plantear que el ataque no va solo contra ellos, sino que se dirige al conjunto de la clase trabajadora, la respuesta de esta sigue siendo limitada y un tanto pasiva con sus excepciones, como la alianza conformada por los electricistas del SME y los mineros. El resto de los sindicatos a pesar de la participación, la solidaridad y los pronunciamientos se han mantenido un tanto al margen en cuanto a una mayor y firme participación, reflejo del corporativismo que aun impera en muchas de sus direcciones.
Por otro lado, junto con otros esfuerzos unitarios, el llamado para hacer converger las diversas fuerzas políticas y sociales en la ANRP (Asamblea Nacional de la Resistencia Popular) y coordinar a otros actores en defensa del SME se fueron debilitando, sin duda por la falta de perspectiva por parte de algunos asistentes, en momentos confundiendo si la prioridad debía ser el apoyo al SME o la discusión de otros elementos que desviaban la discusión, al final sin concretizar planteamientos que lograran fortalecer al movimiento.
La apuesta del SME para presionar a la Corte para que resolviera a favor de la causa electricista, fue la instalación de la Huelga de Hambre por trabajadores y trabajadoras del SME en la plancha del Zócalo, precedida meses antes por una huelga realizada solo por trabajadoras que fue de gran importancia. La Huelga de Hambre del SME en el Zócalo sin duda fue un momento muy importante durante este año de resistencia, con una duración de 90 días, hombres y mujeres electricistas se expusieron a los daños e inclemencias que dicha Huelga traía consigo, no solo en cuanto al deterioro de la salud,sino también por las provocaciones y hostigamiento constante orquestados por el gobierno, así como las complicadas condiciones que la hicieron más difícil.
A pesar de las críticas, la huelga de hambre y el campamento en torno a ella, generó una dinámica de trabajo y organización entre los electricistas y las organizaciones solidarias que la acompañamos, cohesionó a los trabajadores que permanecen en resistencia, y permitió un crecimiento del nivel de conciencia de los electricistas a partir de las marchas diarias, las guardias, las asambleas, entre otras actividades, que dio pie a una mayor formación y se comenzó a vislumbrar la necesidad de la organización ya no solo para la resolución de sus demandas de manera inmediata, sino viendo la necesidad de una transformación sistémica. Así se perfiló hasta en el discurso de la dirección del SME.
La decisión de dar por terminada la Huelga de Hambre con la instalación de una mesa de negociación de “Alto Nivel” por parte de la Secretaría de Gobernación, fue criticada en su momento, pues algunos trabajadores veían en la huelga de hambre una garantía de presión, además de que era poco confiable creer en una negociación con quienes generaron el conflicto, y más cuando otros intentos de diálogo no habían sido fructíferos. Estas opiniones no distaban de la realidad, las negociaciones han estado nubladas por declaraciones ambiguas por parte del Secretario de Gobernación, el Secretario del Trabajo y otros funcionarios, quienes constantemente se deslindan o hacen oídos sordos a las exigencias de una solución necesaria y urgente al conflicto, mas aun con la demanda del patrón sustituto y el reconocimiento legal del SME, bajo el argumento de interminables procesos burocráticos.
Durante este año de resistencia el gobierno ha hecho todo para desacreditar, como ya es costumbre, la lucha de los electricistas; con fuertes campañas mediáticas de desprestigio buscando polarizar a la opinión pública, colocando las conquistas alcanzadas por la clase trabajadora a través de largas luchas durante años como privilegios de unos cuantos y el contrato colectivo de trabajo como una amenaza para la población ya que los pocos beneficios que conlleva dicho contrato se disfrazan de excesos de pocos afortunados que deben ser borrados para no traer consigo efectos negativos en la economía (y las ganancias). Todo esto acompañado de campañas de liquidación para disminuir las filas del movimiento, de constantes acusaciones de sabotaje, así como el discurso de ineficiencia de L y FC que busca ser el detonante para justificar el ataque a los electricistas a la par de la imponente promoción de CFE como una empresa de “clase mundial”, disfrazada de “progreso”, avance y tecnología apuntalando estos adjetivos de manera benéfica para los usuarios, ocultando la lista de irregularidades en las operaciones de dicha empresa y las denuncias contra los altos cobros emprendidas en otros estados del país contra CFE.
Ante la falta de una respuesta clara por parte del gobierno para la solución del conflicto y a un año ya de su inicio, el SME con sus altibajos sigue en pie, ahora de manera paralela a las negociaciones se mantiene en la búsqueda de construir una base social que presione y ayude a resolver el conflicto, ante la evidente ineficiencia e incapacidad que ha mostrada CFE con los excesivos cobros, los constantes apagones, la implementación de nuevos medidores digitales de prepago con un abusivo costo de instalación y funcionamiento, sumándole las acusaciones contra directivos de CFE. La base conformada por la ciudadanía a través de las asambleas de usuarios delegacionales, es un paso más en la búsqueda de una mayor organización a largo plazo, aspirando obtener también una tarifa social para el pago de luz.
Esta larga lucha del SME es muy importante por el avance en la conciencia de los trabajadores electricistas y la organización que han logrado, sin embargo puede caer en el estancamiento. Es momento de dar un paso más con una perspectiva clara a largo plazo, los esfuerzos hasta ahora no han sido en vano, pero tampoco son suficientes, para alcanzar una victoria contundente. El gobierno sigue apostando al desgaste del movimiento, por lo que se vuelve necesaria la construcción y consolidación de una base y una fuerza política de los trabajadores en miras de una transformación de fondo. A pesar de que en el propio discurso de la dirección del SME se ha perfilado esta intención, no se ha llevado a cabo ningún esfuerzo claro por consolidar esta aspiración.
La necesidad de la conformación de un movimiento político de los trabajadores se vuelve urgente para dar causes a la lucha del SME ante la nula resolución del conflicto por parte del gobierno. Es el propio SME quien gracias a la lucha mantenida durante estos meses ha logrado alcanzar la legitimidad necesaria para convocar algo así. Es incierto si este será el rumbo que el SME tome, y sería un error especular. Pero de concretarse seria un salto de suma importancia.
Tras el balance que realizamos en el pasado XII Congreso Nacional Ordinario del PRT, reafirmamos puntos fundamentales, como la importancia histórica del SME y la trascendencia de su lucha, o la necesidad y confirmación de la pertinencia de nuestro planteamiento como partido, es importante seguir con nuestra participación activa y reafirmar nuestra solidaridad con los trabajadores del SME, acompañar los procesos de esta lucha y abrir los causes para la discusión, sin disolvernos, sin desviar nuestra perspectiva, por el contrario reafirmando nuestra necesidad de reorganización partidaria en miras de una mayor consolidación de nuestro programa revolucionario.
Las decisiones que a partir de este momento se tomen por parte del SME son de suma importancia y van a determinar el rumbo de un posible triunfo de la clase trabajadora, el desgaste y la falta de triunfos concretos en lo inmediato se vuelven un peligro, por eso la necesidad de reforzar y fortalecer la participación dando alternativas y salidas que ayuden a dar el siguiente paso, el patrón sustituto o la creación de una empresa de carácter social, de materializarse, serán un gran triunfo para el movimiento, pero también una victoria importante puede perfilarse en una organización amplia de la clase trabajadora con una perspectiva a futuro de transformación del actual orden imperante en donde el SME puede jugar un papel fundamental. A un año de resistencia, en el horizonte se perfila la posibilidad del triunfo.
A pesar de todo, el SME sigue en pie y en lucha.

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